lunes, 27 de junio de 2016

Manos a la obra

            El pasado jueves 23 de junio de 2016 tuvimos la oportunidad de convivir con 4 niños y 2 niñas de sexto de primaria.
            En primer lugar, tres integrantes del equipo fuimos a donde se encontraban, ya que el equipo del grupo anterior estuvo trabajando con ellos. Una vez que el equipo terminó con su actividad, platicamos un poco con los niños y les dijimos sobre lo que íbamos a hacer en las dos horas que íbamos a estar juntos. Algo que fue muy gratificante fue cuando les dijimos que íbamos a subir a un salón, y a un niño se le iluminó la cara por completo y muy emocionado nos preguntó “¿A un salón?”. Fue muy bonito sentir que los estabas ayudando al expandir sus horizontes más allá de su salón de clase al que van todos los días en su escuela primaria. También, estaban muy emocionados de subir por el elevador, y dijeron que se sentía muy padre.
            Una vez que subimos al salón, era hora de comenzar con las actividades que teníamos planeadas. Primero, nos presentamos nosotros el equipo con nuestros nombres y las carreras que estudiamos. Y después ellos, con su nombre, su edad y su materia favorita. La mayoría dijo que matemáticas, y fue algo impresionante, ya que no es una materia muy  gustada por los niños, pero para estos no fue el caso.
Y así fue como empezamos nuestro tiempo con Alexa, Fernanda, Breyton, Jorge, Ethan e Israel. Con un video animado sobre las 3 Rs (reducir, reusar y reciclar), quisimos que aprendieran un poco más de este tema, así como de la contaminación misma que vivimos hoy en día en la ciudad, de una manera no aburrida y que les llamara la atención, lo cual creo que fue el caso. Luego reproducimos otro video animado sobre la separación de basura. Esto sirvió para dar lugar a la pregunta si ellos creían que separar la basura en sus casas era difícil, a lo que la mayoría respondió que sí, dando sus razones personales. Para desmitificar esto, realizamos una actividad donde ellos tenían que hacer lo mismo, separar la basura en los diferentes materiales que había, como cartón, periódico, plástico, entre otros. Tenían un minuto para hacer esto, pero hasta les sobró tiempo. Al hacer esta actividad, la respuesta a la pregunta anterior cambió, y ellos mismos se dieron cuenta de que separar la basura en casa no es tan difícil como creían.
Después pasamos a jugar un jeopardy, en donde les hicimos preguntas sobre materias curriculares, como Ciencias Naturales, Historia, Geografía y Matemáticas, así como de reciclaje y de valores. Sorprendentemente, la categoría de Matemáticas fue la que más rápido respondieron, y realmente lo hacían con ganas, entonces fue muy interesante ver cómo resolvían los problemas. Al principio estaban como temerosos, como que les daba pena contestar y equivocarse, pero nosotros insistimos en que realmente no había respuestas incorrectas y que la actividad se trataba de participar. Esto, junto con un sentimiento de competencia, probablemente, hizo que los niños se pusieran las pilas para contestar las preguntas y ser los ganadores del concurso. En especial, Breyton fue muy participativo y se notaba que tenía muchas ganas de hacerlo, ya que se le notaba que realmente quería estar ahí en la actividad. Una vez terminada, Alexa y Fernanda resultaron ganadoras, y se les dio su premio. Sin embargo, tampoco queríamos que los demás niños se sintieran mal, por lo que al final todos recibieron el mismo premio porque se notó que le echaron muchas ganas y que eran participativos.
Por último queríamos hacer manualidades con la basura que anteriormente los niños habían separado, pero ya no nos dio tiempo de hacer esto porque tardamos mucho en el jeopardy. Tal vez tuvimos que haber puesto menos categorías y menos preguntas. Sin embargo, considero que sí fue una experiencia muy grata para los niños y que también se llevaron algo consigo, más allá de lo material. Creo que mi equipo realmente cumplió no solo con la obligación de estar con los niños, sino con las ganas de querer transmitir ideas a los niños.
Anteriormente, yo ya había trabajado con niños en diferentes servicios sociales. En ocasiones puede llegar a ser tedioso, porque los niños pueden ser un poco difíciles. Pero esta ocasión no fue el caso. Ellos estaban dispuestos a aprender lo más que pudieran y comunicar todo lo que pasaba por su mente, y eso me gustó muchísimo porque hace darte cuenta que los niños tienen muchísimo que decirte de cosas que uno pensaría que un niño no sabe. Además, su maestra me comentó que en la zona donde viven, la secundaria es para una gran mayoría, la última etapa de educación, y que realizar este tipo de actividades refuerza esas ganas de seguir estudiando y seguir aprendiendo para convertirse en una persona capaz de hacer cosas buenas por su entorno y la sociedad.
Creo que lo único que nos faltó a nosotros como equipo fue un poco la organización, porque la última actividad, la de hacer manualidades, creo que hubiera estado muy padre de realizar con ellos, para que se dieran cuenta que se pueden hacer muchas cosas con lo que consideramos basura. Sin embargo, siento que el mensaje realmente llegó y que los niños disfrutaron de lo que tuvimos para ofrecerles, y espero que hayamos sido capaces de crear, aunque sea un poquito de consciencia en esas mentes con ganas de más conocimiento.
Joel Villalobos

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