El
pasado jueves 23 de junio de 2016 tuvimos la oportunidad de convivir con 4 niños y 2 niñas de sexto
de primaria.
En
primer lugar, tres integrantes del equipo fuimos a donde se encontraban, ya que
el equipo del grupo anterior estuvo trabajando con ellos. Una vez que el equipo
terminó con su actividad, platicamos un poco con los niños y les dijimos sobre
lo que íbamos a hacer en las dos horas que íbamos a estar juntos. Algo que fue
muy gratificante fue cuando les dijimos que íbamos a subir a un salón, y a un
niño se le iluminó la cara por completo y muy emocionado nos preguntó “¿A un
salón?”. Fue muy bonito sentir que los estabas ayudando al expandir sus
horizontes más allá de su salón de clase al que van todos los días en su
escuela primaria. También, estaban muy emocionados de subir por el elevador, y
dijeron que se sentía muy padre.
Una
vez que subimos al salón, era hora de comenzar con las actividades que teníamos
planeadas. Primero, nos presentamos nosotros el equipo con nuestros nombres y
las carreras que estudiamos. Y después ellos, con su nombre, su edad y su
materia favorita. La mayoría dijo que matemáticas, y fue algo impresionante, ya
que no es una materia muy gustada por
los niños, pero para estos no fue el caso.
Y así fue
como empezamos nuestro tiempo con Alexa, Fernanda, Breyton, Jorge, Ethan e
Israel. Con un video animado sobre las 3 Rs (reducir, reusar y reciclar),
quisimos que aprendieran un poco más de este tema, así como de la contaminación
misma que vivimos hoy en día en la ciudad, de una manera no aburrida y que les
llamara la atención, lo cual creo que fue el caso. Luego reproducimos otro
video animado sobre la separación de basura. Esto sirvió para dar lugar a la
pregunta si ellos creían que separar la basura en sus casas era difícil, a lo que
la mayoría respondió que sí, dando sus razones personales. Para desmitificar
esto, realizamos una actividad donde ellos tenían que hacer lo mismo, separar
la basura en los diferentes materiales que había, como cartón, periódico,
plástico, entre otros. Tenían un minuto para hacer esto, pero hasta les sobró
tiempo. Al hacer esta actividad, la respuesta a la pregunta anterior cambió, y
ellos mismos se dieron cuenta de que separar la basura en casa no es tan
difícil como creían.
Después
pasamos a jugar un jeopardy, en donde les hicimos preguntas sobre materias
curriculares, como Ciencias Naturales, Historia, Geografía y Matemáticas, así
como de reciclaje y de valores. Sorprendentemente, la categoría de Matemáticas
fue la que más rápido respondieron, y realmente lo hacían con ganas, entonces
fue muy interesante ver cómo resolvían los problemas. Al principio estaban como
temerosos, como que les daba pena contestar y equivocarse, pero nosotros
insistimos en que realmente no había respuestas incorrectas y que la actividad
se trataba de participar. Esto, junto con un sentimiento de competencia,
probablemente, hizo que los niños se pusieran las pilas para contestar las
preguntas y ser los ganadores del concurso. En especial, Breyton fue muy
participativo y se notaba que tenía muchas ganas de hacerlo, ya que se le
notaba que realmente quería estar ahí en la actividad. Una vez terminada, Alexa
y Fernanda resultaron ganadoras, y se les dio su premio. Sin embargo, tampoco
queríamos que los demás niños se sintieran mal, por lo que al final todos
recibieron el mismo premio porque se notó que le echaron muchas ganas y que
eran participativos.
Por último queríamos hacer
manualidades con la basura que anteriormente los niños habían separado, pero ya
no nos dio tiempo de hacer esto porque tardamos mucho en el jeopardy. Tal vez
tuvimos que haber puesto menos categorías y menos preguntas. Sin embargo,
considero que sí fue una experiencia muy grata para los niños y que también se
llevaron algo consigo, más allá de lo material. Creo que mi equipo realmente
cumplió no solo con la obligación de estar con los niños, sino con las ganas de
querer transmitir ideas a los niños.
Anteriormente, yo ya había
trabajado con niños en diferentes servicios sociales. En ocasiones puede llegar
a ser tedioso, porque los niños pueden ser un poco difíciles. Pero esta ocasión
no fue el caso. Ellos estaban dispuestos a aprender lo más que pudieran y
comunicar todo lo que pasaba por su mente, y eso me gustó muchísimo porque hace
darte cuenta que los niños tienen muchísimo que decirte de cosas que uno
pensaría que un niño no sabe. Además, su maestra me comentó que en la zona
donde viven, la secundaria es para una gran mayoría, la última etapa de
educación, y que realizar este tipo de actividades refuerza esas ganas de
seguir estudiando y seguir aprendiendo para convertirse en una persona capaz de
hacer cosas buenas por su entorno y la sociedad.
Creo que lo único que nos
faltó a nosotros como equipo fue un poco la organización, porque la última
actividad, la de hacer manualidades, creo que hubiera estado muy padre de
realizar con ellos, para que se dieran cuenta que se pueden hacer muchas cosas
con lo que consideramos basura. Sin embargo, siento que el mensaje realmente
llegó y que los niños disfrutaron de lo que tuvimos para ofrecerles, y espero
que hayamos sido capaces de crear, aunque sea un poquito de consciencia en esas
mentes con ganas de más conocimiento.
Joel Villalobos
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