miércoles, 29 de junio de 2016

Del papel a la práctica - Reflexión

La experiencia vivida el pasado jueves con los niños tuvo un gran impacto en mí y me atrevo a decir que también sobre los niños. Al principio estaba nervioso pues existía la posibilidad de que las actividades preparadas no fueran de la manera en que lo pensábamos, o bien, no les parecieran atractivas o interesantes a los niños. Para nuestra sorpresa -y alivio- la respuesta por parte de los niños hacia el tiempo que compartimos con ellos fue bastante positiva. Después de unos minutos los niños se mostraron participativos e incluidos en las actividades, por lo que todas las actividades -a excepción de la última la cual no pudo realizarse por cuestión de tiempo- se aplicaron exitosamente. El día inició con presentaciones por parte de nosotros y de los niños, seguido de una pequeña introducción general al tema del reciclaje y la proyección de dos videos animados cortos que trataban el tema. Los videos provocaron risas en los niños y, además, aprendieron o reforzaron conceptos generales sobre reciclaje, basura y recursos naturales. Posteriormente, se generó una pila de basura de los diferentes materiales mencionados en los videos y se retó a los niños a separarla en grupos en menos de un minuto. Todos esto con la finalidad de que los niños reconocieran la facilidad con la cual se puede separar la basura para ser reciclada o reusada. Después de esto, los conocimientos expuestos por nosotros y en los videos fueron aplicados durante un juego de Jeopardy, para el cual se hicieron 3 parejas. 
Considero que sí participe activamente en las actividades y con los niños. Al principio -de igual manera que los niños, probablemente- no me sentí tan cómodo para dirigirme a los niños. Sin embargo, su participación e inclusión a las actividades, pronto cambiaron esto.
Me gustaría pensar que algo que los niños se llevan de mí, son las ganas de continuar con sus estudios y convertirse en profesionales algún día. Espero poder haber sido -y ser- un modelo a seguir para ellos como alguien que busca proactivamente desarrollarse educativamente con el objetivo de mejorar su calidad de vida. Si bien, es cierto que no todos tenemos acceso a los mismos recursos, la voluntad y motivación de desarrollarse puede sobreponerse a todas esas barreras que pueden encontrarse.
Por otra parte, los niños también dejaron parte de ellos en mí. De ellos aprendí que nuestra visión y nuestras ideas -como adultos jóvenes o, incluso, adultos- tiene un número mucho mayor de sesgos y limitaciones que hemos generado nosotros al tener una predisposición de cómo las cosas deben ser. Esta falta de límites impuestos por la sociedad, les permite tener una visión mucho mayor a la nuestra y sus ideas pueden llegar a ser de gran valor.
Esta actividad me recuerda y me reinstaura las ganas de convertirme en un profesional exitoso capaz de generar ideas y aplicarlas para resolver los problemas que, como planeta, enfrentaremos en un futuro cercano. Sin embargo, pudimos haber mejorado los contenidos de las actividades si conociéramos o tuviéramos alguna idea sobre lo que los niños ya aprendieron en la escuela, ya que nos permitiría tratar los temas de una manera más impactante para ellos.

Los niños con los que compartimos este tiempo fueron Alexa, Fernanda, Jorge, José Israel, Ethan y Brayton. De todos me llevo un grato recuerdo. Sin embargo, Ethan tuvo un mayor impacto en mí, ya que en estos momentos el cursa por un mal periodo de su vida. La maestra nos comentó que su actitud cambió totalmente y esta actividad generó un cambio positivo en él y me orgullece el hecho de poder pensar que, en el peor de los casos, impactamos de manera muy positiva en él para ayudarlo a cursar este periodo de su vida. De igual manera, considero que sí logramos impactar a todos los niños positivamente y posiblemente plantar una semilla que puede llegar a crecer y generar profesionales conscientes de nuestro impacto al planeta.

Pablo Vera

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