Una experiencia inolvidable: Reflexión
Valores, papel y tijeras
El
pasado jueves 23 de junio recibimos a niños de 6to año de primaria para pasar
un rato con ellos e intentar inculcarles algo sobre el reciclaje y el cuidado
al medioambiente. Para esto les preparamos diferente tipo de material para que
ellos pudieran primero aprender de una manera didáctica un poco de “teoría” por
así decirlo sobre las 3 R’s y las energías renovables y no renovables.
La
experiencia fue muy bonita porque no solo les planeamos actividades para que
ellos aprendieran, sino para que se rieran y se entretuvieran, para que se
despejaran un rato. Todo esto con la base a los modelos de educación que vimos
en clase, de hecho, procuramos no hablarles tanto nosotros como si fuéramos
maestros y en vez de esto usar mucho contenido audiovisual, videos y
caricaturas para que ellos se interesaran de manera más natural en los
contenidos que estábamos viendo. También reforzamos su atención con la
presentación con una pequeña actividad de separación de basura. Esto fue un
buen indicador para nosotros que a los niños les estaba sirviendo la
presentación y que en verdad estaban poniendo atención.
Por
último, realizamos con ellos un juego de Jeopardy en el cual ellos hicieron 3
equipos de 2 niños cada uno y les hicimos preguntas de diferentes temas como
historia de México, geografía, valores, reciclaje y matemáticas. A mí en lo personal
me sorprendió lo bien que les fue a los niños en matemáticas ya que fue la
categoría más solicitada. En general a los niños les fue muy bien y se
divirtieron mucho con la actividad, ya que empezó a haber mucha competencia
entre los 3 equipos y los 3 querían ganar por lo que estaban muy emocionados
todos porque les tocara su turno. Yo en lo personal también me divertí mucho
con esta actividad ya que los niños se veían muy relajados y empezaron a
interactuar más con nosotros, a abrirse y dejarnos de ver como una autoridad,
lo cual me pareció muy sano para su proceso de aprendizaje y que así ellos se
llevarían más de la actividad que si estuvieran nerviosos o estresado por el
hecho de ser “evaluados”.

Al
final no pudimos realizar la última actividad por cuestiones de tiempo, pero
consistía en hacer unas manualidades con materiales reciclados para que los
niños aprendieran un poco más de la reutilización y de lo divertida que esta
puede ser en sus vidas diarias.
En
general me llevé un muy buen sabor de boca con los niños ya que ellos siempre
estuvieron muy abiertos a recibir información de nosotros, claro, al principio
eran un poco tímidos, pero conforme fue pasando la actividad ellos se fueron
soltando y participando mucho más. De ellos aprendí muchas cosas en esta bonita
experiencia, y aunque se oiga un poco mal, aprendí a no subestimarlos por su
edad, ya que ellos conocen mucho del mundo, y si se les pregunta y se les deja
hablar, ellos nos pueden enseñar muchas cosas ya que tienen un punto de vista
mucho muy diferente al nuestro, uno más inocente y menos severo de la vida y de
las cosas a nuestro alrededor.
Yo en
lo personal intenté siempre participar con todos los niños, no tener ninguna
distinción y hacerles saber que yo no era un maestro sino algo como un amigo en
el cual podían confiar, pero a la vez si tenían dudas podían acudir a mí.
Intenté ser muy amigable con ellos y con la maestra y siempre hacer algún
comentario chistoso si era pertinente, pero sobre todo creo que me enfoqué en
mi comportamiento a que ellos se sintieran cómodos participando y que no les
diera pena hablar o contestar alguna pregunta, inclusive si la tenían mal, y
que de estos errores ellos aprenderían. Intenté siempre estar activo en mi
participación durante la planeación y ya en las actividades planeadas.
Los
niños que participaron con nosotros en la actividad eran en total 6 del último
año de primaria: 4 niños y 2 niñas. Sus nombres eran Fernanda, Alexa, Israel,
Jorge, Brayton y Ethan. Todos ellos al principio se mostraron un poco tímidos
al participar en las actividades, pero conforme fue pasando el tiempo ellos se
fueron explayando más con nosotros y entre ellos al participar en los juegos.
Los equipos en las competencias fueron formados por Alexa y Fernanda, Brayton y
Jorge y, por último, Israel y Ethan. La competencia estuvo muy reñida, pero al
final el equipo de las niñas fue el que salió victorioso, pero los demás dieron
su máximo esfuerzo en el juego y estaban muy ansioso por que fuera su turno
para ganar más puntos. Sin favoritismo alguno, un niño que me impactó mucho fue
Brayton ya que, a pesar de ser de los más jóvenes dentro del grupo (11 años) él
sabía mucho y siempre quería participar, aunque a veces se equivocara. La
energía de Brayton nos impactó a muchos del equipo para hacer las actividades
un poco más dinámicas y animar a los niños a participar, ya que su
hiperactividad nos contagió a todos.
En
general siento que la actividad fue un gran éxito, pero me hubiera gustado
hacer la actividad que el tiempo no nos permitió realizar ya que nos hubiera
dado un poco más de contacto con los niños en el aspecto emocional y creativo,
además que ellos pudieran haberse llevado sus manualidades para que tuvieran en
casa presente la lección aprendida. Sin embargo, me pareció muy enriquecedora
la actividad, yo me divertí y aprendí mucho y espero que ellos también hayan
experimentado lo mismo.
Esta
experiencia me deja un gran aprendizaje, ya que no sólo aprendimos de los niños
y de sus diferentes personalidades, pero aprendimos que la mejor manera de
enseñar (y aprender) es mediante el uso de las nuevas tecnologías que permitan
a los niños y alumnos no ver la educación como algo forzado, sino como un
juego, algo de su propio interés y que los nuevos modelos de educación en
verdad tienen en cuenta todo esto. Creo que en general la experiencia fue muy
bonita, enriquecedora y abridora de panoramas, ya que, como mencioné antes, los
niños me sorprendieron mucho y aprendí a no subestimar sus capacidades y ellos
en verdad pueden aprender y retener mucho si son educados de la manera
correcta, mediante nuevas técnicas y con mejores contenidos que les permitan
explotar toda su energía y toda su curiosidad.
Muchas
gracias a la escuela, a su maestra y a los niños por permitirnos vivir esta
experiencia junto a ellos y espero que ellos se lleven lo mismo o un poco más
de nosotros y del Tec que nosotros nos llevamos de su energía y su simpatía.
¡Nunca los olvidaremos!
David Pérez Diego Gómez
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