A pesar de estar sumergidas en un mundo
de constante cambio, una gran parte de las escuelas del mundo siguen viviendo y
funcionando a través del modelo de la Educación 1.0 y solo hablando sobre la
Educación 2.0, cuando ya deberían planear e implementar la Educación 3.0
(Gerstein, 2013). Sin embargo, todos los países se encuentran en una emergencia
educativa, refiriéndose al futuro con el acrónimo VUCA (vulnerabilidad,
incertidumbre, complejidad y ambigüedad, por sus siglas en inglés).
Como fue mencionado anteriormente, la
tecnología juega un papel crucial tanto en la Educación 2.0 como en la 3.0. La
obsolescencia de los libros de texto ha dado lugar a la utilización de
diferentes aplicaciones móviles, considerando los primeros como muy caros, muy
anticuados y muy pesados, y asegurando que los estudiantes de hoy en día no
requieren de libros de texto para aprender como tal. Tan solo en 2012, la
compañía Apple, considerada una de las principales en innovación tecnológica,
anunció que existían más de 20,000 aplicaciones de educación y aprendizaje para
su tableta iPad.
Otro avance muy importante a nivel
mundial es la implementación de la educación de red de pares (peer-to-peer) y
la autoeducación. Un claro ejemplo de esto son las plataformas OpenCourseWare (OCW), donde
universidades de todo el mundo comparten información de sus cursos mediante el
internet de manera independiente y voluntaria.
El Massachusetts Institute of Technology
(MIT), en Estados Unidos, lanzó su OCW 2001. En su primera década, esta
iniciativa del MIT ofreció acceso libre y gratuito a su contenido académico
básico: planes de estudio, notas de clase, conjunto de problemas y soluciones,
exámenes, listas de lectura, e incluso una selección de video conferencias de
más de 2,000 cursos del MIT; y se estima que todo este material se compartió
con más de 100 millones de personas apasionadas por el aprendizaje (Watters,
2011). En 2011, esta misma universidad lanzó OCW Scholar, en donde se ofrecen cursos completos diseñados para
estudiantes independientes que cuentan con pocos recursos adicionales
disponibles. Los cursos que se ofrecen actualmente van desde las ciencias
sociales, como psicología y economía, hasta las ciencias exactas, como química,
biología, física y matemáticas. La universidad tiene planeado que OCW Scholar llegue a más de mil millones
de mentes hambrientas de conocimiento. De igual manera, los objetivos a futuros
de esta universidad con su iniciativa son: compartir su OCW en todo el mundo,
sin barrera alguna; servir a audiencias clave, como lo son estudiantes de
preparatoria y estudiantes independientes; crear comunidades de aprendizaje
abierto, concentrándose en la construcción de redes sociales de aprendizaje en
donde los estudiantes que toman un mismo curso pueden estudiar juntos, trabajar
colaborativamente, y contestar preguntas uno del otro; y empoderar a los
educadores a nivel mundial, ya que estos comparten el contenido con millones de
estudiantes, entre los cuales están los que no cuentan con acceso a internet,
de manera que se busca proveer las herramientas que los educadores necesitan.
Y así como el MIT, existen un considerable
número de universidades alrededor del mundo, en países como Japón, Alemania,
Francia, Países Bajos, India, China, México, Colombia, entre otros. Las
universidades de estos países comparten sus programas académicos con las
personas que lo requieran, destruyendo una gran barrera de la educación actual:
la falta de recursos y oportunidades.
Sin embargo, todo el peso de este cambio
no puede dejarse solamente a la tecnología misma; gobiernos y sociedad deben de
trabajar en conjunto para desplazarse a la Educación 2.0 y 3.0 mediante la
implementación de reformas en sus programas académicos de todos los niveles,
brindando igualdad en una educación de alta calidad.
Para ejemplificar esta noción, es
apropiado utilizar el caso de la educación pública en Finlandia.
El principal objetivo de la política de educación finlandesa es ofrecer a todos sus ciudadanos igualdad de oportunidades de recibir educación de alta calidad (Consejo Nacional de Educación de Finlandia, s.f.). El sistema es altamente permeable, es decir, no hay altos que impidan el avance a niveles superiores de educación. Además, el enfoque de la educación es el aprendizaje, en vez de la evaluación. No hay exámenes nacionales para los alumnos de educación básica, sino que los profesores son responsables de la evaluación en sus respectivos temas sobre la base de los objetivos incluidos en el plan de estudios. La gestión se ha basado en el principio de la descentralización desde principios de 1990. Los centros educativos son responsables de los arreglos prácticos de enseñanza, así como de la eficacia y la calidad de la enseñanza impartida. Las autoridades locales también determinan el grado de autonomía que se transmite a las escuelas. La gestión del presupuesto, adquisiciones y contratación son a menudo la responsabilidad de las escuelas. Politécnicos y universidades gozan de una amplia autonomía. Las operaciones de estas escuelas superiores se basan en la libertad de enseñanza y la investigación. Estas organizan su propia administración, deciden sobre la admisión de los estudiantes y el diseño de los contenidos de los programas de grado. La mayoría de la educación y la formación son financiadas públicamente y no hay gastos de matriculación en cualquier nivel. En la educación básica, materiales escolares, comedores escolares y los desplazamientos también se proporcionan de forma gratuita. Además, hay un sistema bien desarrollado de becas y préstamos.
El principal objetivo de la política de educación finlandesa es ofrecer a todos sus ciudadanos igualdad de oportunidades de recibir educación de alta calidad (Consejo Nacional de Educación de Finlandia, s.f.). El sistema es altamente permeable, es decir, no hay altos que impidan el avance a niveles superiores de educación. Además, el enfoque de la educación es el aprendizaje, en vez de la evaluación. No hay exámenes nacionales para los alumnos de educación básica, sino que los profesores son responsables de la evaluación en sus respectivos temas sobre la base de los objetivos incluidos en el plan de estudios. La gestión se ha basado en el principio de la descentralización desde principios de 1990. Los centros educativos son responsables de los arreglos prácticos de enseñanza, así como de la eficacia y la calidad de la enseñanza impartida. Las autoridades locales también determinan el grado de autonomía que se transmite a las escuelas. La gestión del presupuesto, adquisiciones y contratación son a menudo la responsabilidad de las escuelas. Politécnicos y universidades gozan de una amplia autonomía. Las operaciones de estas escuelas superiores se basan en la libertad de enseñanza y la investigación. Estas organizan su propia administración, deciden sobre la admisión de los estudiantes y el diseño de los contenidos de los programas de grado. La mayoría de la educación y la formación son financiadas públicamente y no hay gastos de matriculación en cualquier nivel. En la educación básica, materiales escolares, comedores escolares y los desplazamientos también se proporcionan de forma gratuita. Además, hay un sistema bien desarrollado de becas y préstamos.
De esta manera, es importante resaltar
que el contexto en el cual se desarrolla la educación de un país repercute en
el tipo de educación que este podrá ofrecer. Para un país con políticas de
educación paupérrimas, y con una aplicación de éstas similar, como es el caso
de muchos países en América Latina, es fácil quedarse estancado en la Educación
1.0. Un país cuya situación educativa propicie que el alumno sea parte misma de
su proceso educativo, como lo es el caso de Finlandia, propiciará una
transición hacia la Educación 2.0, e incluso a la 3.0, ya que en esta última,
los propios alumnos juegan un papel clave como creadores de artefactos de
conocimiento que son compartidos y en donde las redes sociales y los beneficios
sociales fuera del ámbito inmediato de la actividad juegan un fuerte papel
(Keats y Schmidt, 2007). Asimismo, al darle autonomía a las escuelas y a los
maestros, se está asegurando un factor importante de la Educación 3.0: los
arreglos institucionales, incluidas las políticas y estrategias, cambian para
afrontar los retos de las oportunidades que se presentan (Keats y Schmidt,
2007).
Joel Villalobos
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