La
experiencia vivida el pasado jueves con los niños tuvo un gran impacto en mí y
me atrevo a decir que también sobre los niños. Al principio estaba nervioso
pues existía la posibilidad de que las actividades preparadas no fueran de la
manera en que lo pensábamos, o bien, no les parecieran atractivas o
interesantes a los niños. Para nuestra sorpresa -y alivio- la respuesta por
parte de los niños hacia el tiempo que compartimos con ellos fue bastante
positiva. Después de unos minutos los niños se mostraron participativos e
incluidos en las actividades, por lo que todas las actividades -a excepción de
la última la cual no pudo realizarse por cuestión de tiempo- se aplicaron
exitosamente. El día inició con presentaciones por parte de nosotros y de los
niños, seguido de una pequeña introducción general al tema del reciclaje y la
proyección de dos videos animados cortos que trataban el tema. Los videos
provocaron risas en los niños y, además, aprendieron o reforzaron conceptos
generales sobre reciclaje, basura y recursos naturales. Posteriormente, se
generó una pila de basura de los diferentes materiales mencionados en los
videos y se retó a los niños a separarla en grupos en menos de un minuto. Todos
esto con la finalidad de que los niños reconocieran la facilidad con la cual se
puede separar la basura para ser reciclada o reusada. Después de esto, los
conocimientos expuestos por nosotros y en los videos fueron aplicados durante
un juego de Jeopardy, para el cual se hicieron 3 parejas.
Considero
que sí participe activamente en las actividades y con los niños. Al principio
-de igual manera que los niños, probablemente- no me sentí tan cómodo para
dirigirme a los niños. Sin embargo, su participación e inclusión a las
actividades, pronto cambiaron esto.
Me
gustaría pensar que algo que los niños se llevan de mí, son las ganas de
continuar con sus estudios y convertirse en profesionales algún día. Espero
poder haber sido -y ser- un modelo a seguir para ellos como alguien que busca
proactivamente desarrollarse educativamente con el objetivo de mejorar su
calidad de vida. Si bien, es cierto que no todos tenemos acceso a los mismos
recursos, la voluntad y motivación de desarrollarse puede sobreponerse a todas
esas barreras que pueden encontrarse.

Por
otra parte, los niños también dejaron parte de ellos en mí. De ellos aprendí
que nuestra visión y nuestras ideas -como adultos jóvenes o, incluso, adultos-
tiene un número mucho mayor de sesgos y limitaciones que hemos generado
nosotros al tener una predisposición de cómo las cosas deben ser. Esta falta de
límites impuestos por la sociedad, les permite tener una visión mucho mayor a
la nuestra y sus ideas pueden llegar a ser de gran valor.
Esta
actividad me recuerda y me reinstaura las ganas de convertirme en un
profesional exitoso capaz de generar ideas y aplicarlas para resolver los
problemas que, como planeta, enfrentaremos en un futuro cercano. Sin embargo, pudimos
haber mejorado los contenidos de las actividades si conociéramos o tuviéramos
alguna idea sobre lo que los niños ya aprendieron en la escuela, ya que nos
permitiría tratar los temas de una manera más impactante para ellos.
Los
niños con los que compartimos este tiempo fueron Alexa, Fernanda, Jorge, José
Israel, Ethan y Brayton. De todos me llevo un grato recuerdo. Sin embargo,
Ethan tuvo un mayor impacto en mí, ya que en estos momentos el cursa por un mal
periodo de su vida. La maestra nos comentó que su actitud cambió totalmente y
esta actividad generó un cambio positivo en él y me orgullece el hecho de poder
pensar que, en el peor de los casos, impactamos de manera muy positiva en él
para ayudarlo a cursar este periodo de su vida. De igual manera, considero que
sí logramos impactar a todos los niños positivamente y posiblemente plantar una
semilla que puede llegar a crecer y generar profesionales conscientes de
nuestro impacto al planeta.
Pablo Vera
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